miércoles, 31 de mayo de 2017

CAZA. Sangre, sudor y cultura, la otra parte del sacrificio.




Caza, una actividad que desde milenios atrás ha sido el sustento de proteína animal para el hombre, fortaleciendo no solo su proceso evolutivo también su cultura y progreso social.
Gracias a la caza el ser humano, que antes de que se desarrollaran las técnicas y actividades, se dedicaba únicamente al trabajo agricultor haciendo de su dieta netamente vegetariana, pero gracias a la proteína animal, el hombre empezó a tener cambios físicos y neuronales como el crecimiento de los caninos y el cerebro.
La actividad de caza llevaba el compromiso de la comunidad por la recolección de alimento, el trabajo siempre se hacía en equipo y de una manera organizada, pues para aquellos tiempos casos como los de cazar mamuts asustándoles y guiándoles a caer a un precipicio, fortalecía los lazos familiares y la supervivencia del grupo.
En pleno siglo XXI la caza no es una actividad muy común, ya el hombre tiene sistemas de sustento de proteína animal, la domesticación de especies dio nacimiento a grandes ganaderos, piscicultores, avicultores y demás personas que trabajan con la explotación animal, que partiendo de dos puntos de vista hacen un bien y un daño colateral a todo ser vivo.
Productos y subproductos para un bien común, como leche, quesos y demás. de los que sus alimentos hacen parte de una gran mayoría de las culturas del mundo, facilitan la alimentación humana, proveen trabajo, son un muy buen aporte a la economía de un país.
Por otro lado, el trabajo ganadero, mantiene animales en encierro y completo estrés, siendo usados como maquinas, llevadas a estilos de vida para nada dignos, grandes masacres y el sufrimiento de un animal que nunca supo que fue ser libre.
La caza, o mejor dicho el cazar consiente, pensar en un control, tener una necesidad, respetar el medio ambiente y la fauna que rodea es lo primero a tener en cuenta, siempre en mente que no se sale a cazar por deporte, negocio ni ocio, debe haber una necesidad alimentaria, no es causa de matar más de dos animales.
En la cultura amazonense, pueblos ticuna, bora, okaina,  han llevado las actividades de casería desde su existencia, tienen su conexión con la naturaleza y respetan a la madre tierra, una actividad acompañada de sudor y sangre, no es nada fácil encontrar animales al ingreso al mato groso, es necesario caminar largas horas, buscar puntos estratégicos donde encontrar animales, trasnocho, cansancio, hambre y mucho sacrificio.
La sangre derramada por un animal nunca va a ser en vano si es para la alimentación de otro ser viviente, simple cadena alimenticia, un jaguar no va a dejar de casar una boruga porque está en peligro,  el solo busca alimentarse y sobrevivir,
Es muy fácil y sin calidad ofensiva hacia la comunidad animalista, criticar, ofender, cuestionar y condenar la actividad de caza,  algunos con doble moral, y muy felices consumiendo pollo, pescado, unos pocos carnes rojas o de cerdo, siendo en todos estos casos animales que no tuvieron un solo momento de felicidad, donde su sacrificio es una cadena de sufrimiento y baños de sangre, pero señalar con el dedo a todo aquel que busca su alimento en la selva, personas que van ya sea con cerbatana, flecha, lanza o escopeta, a la espera de que le quiera dar la pacha mama, haciendo un tiro de gracia e intentando capturar o sacrificar un ejemplar sano y maduro, que tuvo toda su vida en libertad, quizá completo su etapa reproductiva y nunca paso bajo momentos de estrés y más aun siendo un solo animal para una familia de 12,  no 200 hatos de ganado para saciar la gula de unos cientos.
Enfrentamientos con grandes animales, grandes peligros por supervivencia, especies como la danta, animales con más de 270 kilogramos, que usan sus pesados cuerpos para defenderse, bastante peligrosos, que con sus patas pueden destrozar fácilmente cualquier parte del cuerpo humano,
Casos como los de los cerrillos o puercos de monte, esta especie tiene la facultad de usar sus grande y desgarradores colmillos, peso e impulso quedando casi como un cañón, animales temidos hasta por el jaguar, que está en la cima de la cadena alimenticia de la selva amazónica, habiendo casos en los que el cazador termina siendo cazado irónicamente por un marrano.
La caza de caimanes, animales de 3 metros, blancos o negros no hay diferencia ambos tienen mandíbulas voraces,  y el cazador en una canoa que apenas puede con su peso, es mirar a la muerte a los ojos y es en este punto donde nace una pregunta, quien hace mejor, el que compra animales muertos sin tener la necesidad de esforzarse o quien arriesga su vida en frente de otra especie que probablemente también tenga intenciones de comer, buscando alimentarse y sobrevivir?
Algo mas es afirmar que en ocasiones es necesaria la actividad de casería, hay animales de rastrojo, como borugas, guaras, armadillos, chuchas, dantas, los mismos que se alimentas de frutas, tubérculos y vegetales, un mal muy común en las chagras, razón por la que es necesario cazarles.

A mi libre opinión es una actividad admirable, requiere conocimiento, fuerza y entrega, sudor y sangre, sacrificio, no es un trabajo en nada fácil, por eso les digo a mis amigos pre juiciosos, el juzgar es muy sencillo, y más cuando nunca se han tenido necesidades y menos experiencias con una cultura  con todo el peso de la palabra, parte de su base alimenticia, así que con todo respeto, antes de condenar a malas palabras ciertas imágenes que si,  en ocasiones pueden ser fuertes, pero normales para un local, pero primero es muy importante documentarse e indagar sobre las razones y necesidades que tengan las personas, ya saben, no todos nacen en cuna de oro, y si para vivir bien se necesita la caza, sea bendecido todo aquel animalito que pueda ser parte de una exquisita receta.